El gas conocido como ozono malo sigue campando a sus anchas por la región. Durante 2017 los territorios más afectados por el contaminante han sido Andalucía, Extremadura, la Comunidad de Madrid y, sobre todo, las islas Baleares, indica el último informe de Ecologistas en Acción sobre el complejo contaminante de 2017. En el centro de la Península el viento desplaza la polución de Madrid hacia el norte, realizando un “barrido” por la sierra del Guadarrama, alcanzándose los niveles más altos en las cumbres y en corredor del Henares, entre Guadalajara y Madrid. Desde los altos de la sierra el aire se desparrama hacia Segovia, llegando hasta Soria a 100 km de distancia. Las concentraciones son máximas (las más altos de la Comunidad) en Peñalara con una media de 150 microgramos por metro cúbico.
En la capital, 12 de las 14 estaciones que miden el ozono troposférico superaron el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más restrictivo que el de la Unión Europea. La primera marca como límite 100 microgramos por metro cúbico durante ocho horas seguidas y la UE 120. Además, ocho estaciones (Ensanche de Vallecas, Arturo Soria, Barajas Pueblo, Juan Carlos I, El Pardo, Tres Olivos, Casa de Campo y Farolillo) rebasaron el valor para la protección de la salud humana establecido en la normativa europea, en más de 25 días. Y en Arturo Soria, El Pardo y la Casa de Campo se superó el umbral de información a la población en siete ocasiones.
Con respecto al resto de la Comunidad de Madrid, todas las estaciones registraron un número muy elevado de superaciones del valor recomendado por la OMS, en más de 75 días, sostiene el estudio. Los peores registros se han dado en El Atazar, Orusco de Tajuña, Guadalix de la Sierra (sierra norte) y Alcobendas (corredor del Henares), con 67, 66, 55 y 51 superaciones, respectivamente. Las estaciones de Alcalá de Henares, Algete, Alcorcón, Aranjuez, Getafe, Majadahonda, El Atazar y Guadalix de la Sierra han sufrido un conjunto de 30 superaciones de información a la población, el doble que en 2016.
La lucha contra el ozono es muy compleja, porque es una sustancia que se forma por la combinación de otros contaminantes -generados por el tráfico, la industria y las calefacciones, entre otros- y la radiación solar. Es decir, no procede de una fuente humana concreta. En Madrid sus precursores son los óxidos de nitrógeno (NOx) y los compuestos volátiles orgánicos que proceden del denso tráfico. Es el contaminante que presenta en España mayor extensión y afección a la población, y es el responsable de 1.600 muertes prematuras en todo el Estado, indica Ecologistas en Acción. El ozono también afecta a la vegetación reduciendo la productividad de las plantas y aumentando su vulnerabilidad ante enfermedades y plagas.
Combatir el ozono se vuelve más complicado debido a que hay doce comunidades autónomas que "siguen sin elaborar los preceptivos planes de mejora de calidad del aire para reducir su presencia", sostiene el informe. Entre ellas, aparece la región madrileña, donde, además, ni el Ayuntamiento ni la Comunidad han hecho sus deberes al respecto. Otro de los problemas a los que se enfrenta la organización conservacionista se refiere a la "falta de uniformidad de los datos". Los han recogido de tres fuentes: el visor de calidad del aire del Ministerio de Medio Ambiente, las páginas web de comunidades autónomas y otras. "No es posible realizar una comparación objetiva de las comunidades porque la toma de datos no presenta la misma solvencia en todas", puntualizan.
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